
Las 10 cosas en las que debes fijarte antes de comprar un coche usado
Sugerencias para no cometer errores garrafales al hacerse con un vehículo de segunda mano
Los coches de segunda mano siguen siendo los preferidos de los españoles: la antigüedad media del parque de vehículos que circula por el país supera los 10,3 años de edad, según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), y el año pasado el mercado de segunda mano cerró con casi 1.800.000 unidades vendidas entre privados y profesionales. Por cada vehículo nuevo se compran 1,8 usados.
La relación calidad-precio es una de las principales razones que lleva al usuario a decantarse por la oferta de segunda mano, pero no siempre la operación sale bien: puede que el coche no tenga las características prometidas o, peor aún, que nos estafen. ¿Qué precauciones hay que tomar para evitar estos desenlaces? ¿En qué hay que fijarse para acertar? Aquí recopilamos 10 sugerencias para no cometer errores garrafales en la compra de un vehículo usado.
1. ¿Profesional o particular? Ambos canales de venta tienen sus pros y sus contras. La primera ventaja del concesionario o distribuidor es la garantía que ofrece, que por ley no puede ser inferior al año. Además, estos vehículos suelen estar al corriente con revisiones y documentación. En cuanto al particular, la ventaja se encuentra en el precio. En este caso, la garantía solo dura seis meses y solo se refiere a los vicios o problemas ocultos, pero hay una importante diferencia fiscal: el comprador no tendrá que pagar el 21% de IVA que incrementa el coste de la oferta de los profesionales, sino el 4% del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP).
2. Investiga el precio. La Red es el mejor banco de prueba para saber si el precio que nos exigen se ajusta a la oferta de mercado. Monitorizar el mercado durante algunos meses antes de tomar una decisión. Además, recuerda que hay que tener en cuenta el consumo de combustible del modelo elegido, el importe del impuesto de circulación, el mantenimiento o la póliza del seguro para conocer el desembolso total.
3. Huye de las gangas y no adelantes dinero. No solo hay que descartar un vehículo demasiado caro respecto al precio de mercado; las alarmas también deben saltar cuando el coste es sospechosamente bajo. Debemos alertar sobre las estafas online: “Te piden una señal y cuando pagas el coche ni siquiera existe”. Por otro lado, sugerimos que no se compren los coches que se ofertan en la calle. Son mucho más baratos, pero se ha detectado que en algunos casos hasta se ofertaban vehículos procedentes de desguaces.
4. Que el coche no sea muy antiguo. En caso de accidente, el riesgo de fallecer o sufrir una lesión con hospitalización aumenta en función de la antigüedad del vehículo, alerta la DGT: en comparación con los turismos de hasta cuatro años, el riesgo es dos veces superior en los de 10 a 14 años y 3,4 veces superior en los de 15 a 19 años. La antigüedad del coche también influye en los costes.
5. Ojo con el cuentakilómetros. La manipulación del cuentakilómetros es una de las estafas más sonadas en la compraventa de vehículos, y hasta se han desenmascarado bandas que se dedicaban a cometer este tipo de fraude. A simple vista no es fácil descubrir si el cuentakilómetros ha sido trucado, pero hay detalles que ofrecen pistas. Uno de ellos es el deterioro de algunos componentes del vehículo. Se debe revisar el estado del pomo del cambio de marcha, el volante y sobre todo los pedales. Se recomienda también fijarse en los kilómetros marcados en la ITV: Si entre una y otra revisión hay muy pocos, es posible que haya habido manipulación.
6. Revisa la documentación al detalle. Hay que solicitar la ficha técnica del vehículo, el certificado de la Inspección Técnica de Vehículos (ITV), cerciorarse que la titularidad coincida en el permiso de circulación y que el impuesto de circulación esté pagado. Que se pida también el libro de revisiones, aunque puede que el vendedor no lo tenga porque es obligatorio solo durante el plazo de la garantía. Lo que sí se puede solicitar —con tan solo comunicar la matrícula— es el informe de tráfico a la DGT, que nos dice si el vehículo tiene alguna carga, como una reserva de dominio [cuando la titularidad sigue siendo del banco hasta que se termine de pagar] o un embargo. También se pueden solicitar las facturas de las últimas operaciones de mantenimiento, o su duplicado.
7. Exterior e interior, a inspeccionar con cautela. El aspecto es importante, porque entra en juego también un factor psicológico: normalmente, la gente que cuida el coche por dentro, lo cuida integralmente. Sin embargo, no hay que dejarse engañar por las apariencias. Hay que revisar no solo carrocería y tapicería interior, también las luces, los retrovisores y el estado de los neumáticos.
8. Pide siempre una prueba de conducción. Es imprescindible hacer una prueba de conducción, tanto en la ciudad como por carretera, para saber cuál es su respuesta a velocidades más elevadas. Fijémonos si las marchas hacen ruido o si la dirección tiene holgura. Tras bajar del vehículo, hay que revisar que no haya fugas de líquido, que pueden reflejar problemas en los frenos, en el sistema del aire acondicionado o en el motor.
9. ¿Cómo saber si el vehículo ha tenido accidentes? No existe documentación que nos diga si el coche ha sufrido accidentes. Hay que fijarse en si hay piezas nuevas o repintadas, por tanto hay que mirar con atención las gomas de las ventanillas para detectar si el vehículo ha sido repintado. Se aconseja revisar la carrocería a la luz del día, y mirar desde un ángulo lateral si hay abolladuras. También conviene desconfiar de las pegatinas, pues en ocasiones se usan para cubrir arañazos.
10. Si no te fías, lleva el coche al taller. El asesoramiento de un profesional puede convertirse en un paso casi imprescindible, sobre todo si el comprador no tiene conocimientos técnicos. Es aconsejable no solo para que nos aclare si el coche está en buenas o malas condiciones, sino para que nos diga si merece la pena comprarlo por ese precio o no. El coste de la revisión puede variar en función de si el taller es de confianza y del tipo de servicio que precisemos.
Lo importante es que el usuario siempre sepa qué es lo que está comprando.